Picasso: Marie-Thérèse (1929-1936) – B1

«Soy Marie-Thérèse Walter. Cuando Picasso me atrapó, yo tenía solo 17 años. Estuve siete con él y le di una hija, Maya. Dicen que fui la más sensual, cariñosa y dulce».

La pintura de las pelotas

  • Picasso comenzó a pintar a Marie-Thérèse. Una tarde lo hacia junto a Buñuel cuando casi le sorprende Olga.
  • Picasso ante Marie-Thérèse posando desnuda explicó a Buñuel que una vez le preguntaron a Renoir si la pintura nacía del corazón o de la cabeza y que éste respondió: «¡ De las pelotas!»
  • Picasso pues, había conocido a Marie-Thérèse Walter en un momento en que sus relaciones con Olga estaban ya rotas, aunque seguían casados y viviendo juntos.
  • El sueño -  Marie-Thérèse Walter (Picasso 1933)

    El sueño –
    Marie-Thérèse Walter
    (Picasso 1933)

  • La chica fue para él como un soplo de aire fresco y limpio. Y ello se reflejó en los cuadros.
  • La pintura abandonó las crispaciones del cubismo y el surrealismo mas duro y se tornó sensual, redonda, tierna, erótica y suave. Había vuelto la paz al corazón de Picasso de la mano de aquella chiquilla.
  • Marie-Thérèse parece haber sido una mujer admirable. Era suiza, rubia, saludable, deportista, alegre y de trato muy suave. Totalmente desinteresada y nada exigente. Enemiga de los convencionalismos y afectuosa. Es decir, todo lo contrario que Olga.
  • Marie-Thérèse monitora y chófer

  • Picasso , con 50 años hubo de utilizar trucos para ocultar a la sociedad su nueva relación. Marie-Thérèse era menor de edad. Ese primer verano estaba de monitora deportiva en un campamento infantil. Picasso acudía por la noche y se encontraban bajo la tienda de campaña.
  • La disfrazó de chofer, de hombre-chofer y viajaba con ella a todas partes Sólo estaban al tanto del secreto algunos amigos íntimos, como el escultor Julio González con el que trabajaba en el castillo de Boisgeloup.
  • Había comprado un pequeño ‘Chateau’ en 1931 en el se dedicaría preferentemente a la escultura, con Marie-Thérèse como amante y modelo para la historia.
  •  Cabeza de mujer -Olga Picasso (Picasso 1935)

    Cabeza de mujer -Olga Picasso
    (Picasso 1935)


    Doble vida

  • Con el paso de los años, Picasso no conseguía divorciarse de Olga. Tampoco deseaba separarse de Marie-Thérèse con la que pretendía casarse.
  • Mujer con sombrero -Olga- (Picasso 1935)

    Mujer con sombrero -Olga-
    (Picasso 1935)

  • Se le ocurrió urdir un nuevo plan. Parecido al que había empleado en París. Envió por tren a Marie-Thérèse, siempre tan discreta, hasta Jean Les Pins en la Costa Azul y le reservó habitación en un modesto hotel desde el que se veía su palacete.
  • Al mismo tiempo él viajaba hasta allí en el coche Hispano Suiza, con el verdadero chófer, su hijo Pablo y Olga. Como siempre, necesitaba el contacto físico de aquella joven; era la nueva fuente de inspiración para sus obras.
  • Es curioso constatar que Marie-Thérèse no fue muy bien valorada por algunos biógrafos de Picasso, especialmente por el mejor, Sir Roland Penrose. Sin embargo, si fue bien tratada por otro, el escritor Patrick O,Brian. Hay una sutileza de éste que respeta mucho a Penrose y es que cuando comenta el desprecio de éste por Marie-Thérèse, es cuando únicamente O’Brian le apea a Penrose del título de Sir. Está claro que un hombre que habla mal de una mujer, no puede llevar el titulo de Sir.
  • Comenzar a envejecer

  • Parece ser que una de las frase atribuidas a Picasso:
    «Un hombre tiene siempre
    la edad de la mujer que ama»
    pertenece a esta época de la relación con Marie-Thérèse.
  • El erotismo invade la pintura de Picasso esos años. Y también su mentalidad.
  • Se le atribuyen frase como que el arte no es casto. Se debería prohibir a los ignorantes e inocentes. Si es casto no es arte. Y en una ocasión un historiador le comentó que debía dar una conferencia sobre arte y sexualidad y Picasso respondió que era lo mismo.
  • Pero Picasso buscaba, necesitaba una vez más, el cambio. Y empezó por Marie-Thérèse.
  • Si había luchado tanto por verse a escondidas con Marie-Thérèse, ahora que ya la tenía en su casa, le fatigaron muy pronto la vida hogareña, los lloros de su hijita, la rutina cotidiana.
  • Ni ella ni Maya podían calmar sus angustias ante la guerra civil española. Necesitado de paz, mandó con su madre a aquella mujer que tanta devoción le había tenido y, aunque siguió viéndola de cuando en cuando, el regreso al ambiente bohemio con sus amigos surrealistas, con Paul Eluard y su nueva mujer, Nush, que había sustituido a Gala.
  • En una de sus tardes en los Cafés de Saint Germain, Eluard le presentó a una muchacha de pelo negro y hermosos ojos verdes. Lo hizo a petición del propio Picasso, quien se interesó por aquella joven de rostro delicado, serio e intranquilo, iluminado por aquellos ojos.
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    L.M. López Tapia
    http://servicios.diariosur.es/picasso/mujeres2.htm